La arquitectura con perspectiva de género, por desgracia, sigue siendo una realidad en la actualidad. A lo largo de la historia de la arquitectura, destacan, principalmente, nombres conocidos de figuras masculinas, pero han sido muchas las mujeres que han dejado una huella imborrable en este campo. A pesar de haber estado en gran medida invisibilizadas durante décadas, sus innovaciones han avanzado en la equidad de género y han mejorado la vida de muchas personas.
A continuación, os presentamos a cuatro mujeres que transformaron el mundo de la arquitectura: Julia Morgan, Susana Torre, Margarete Schütte-Lihotzky y Rita Fernández Queimadelos.
Julia Morgan: Pionera de la arquitectura y colaboradora del feminismo
La arquitecta estadounidense Julia Morgan marcó un hito al convertirse en la primera mujer arquitecta del mundo, tras graduarse en la Escuela de Bellas Artes de París en 1902. A lo largo de su trayectoria, ha diseñado más de 700 edificios durante 50 años de carrera, como el Merrill Hall, la residencia Heritage Reiterement Community, la Derge House, el Roman Pool de Hearst Castle y numerosos edificios públicos y residenciales. Estos edificios destacan por su influencia en el estilo beaux-art y su compromiso con proyectos que apoyaban a las mujeres.
Uno de sus logros clave fue trabajar para la YMCA (Asociación Cristiana de Mujeres Jóvenes), una organización feminista que promovía el bienestar y el empoderamiento de las mujeres. Este vínculo refleja su alineación con movimientos que fomentaban la igualdad de género, además de su participación en obras públicas y residenciales emblemáticas.
Su vida y obra no solo transformaron el campo de la arquitectura, sino que también dejaron un impacto significativo en el avance de las mujeres en profesiones tradicionalmente dominadas por hombres.
Susana Torre: Innovación arquitectónica y lucha por la equidad de género
Susana Torre, arquitecta argentina-estadounidense, ha revolucionado la arquitectura con su enfoque en la equidad de género. Nacida en 1944 en Púan, Argentina, estudió en la Universidad Nacional de la Plata y la Universidad de Buenos Aires antes de especializarse en Columbia, Nueva York.
Su trabajo combina diseño, docencia y teoría para desafiar estereotipos y crear espacios inclusivos. Destaca su curaduría en «Las mujeres en la arquitectura en EE.UU», que visibilizó el aporte femenino en el campo. Entre sus obras icónicas están la Casa de Bomberos 5 (1984-1987) en Columbia y la comunidad de Carboneras (2008).
Ha enseñado en múltiples universidades y su impacto en la arquitectura feminista ha sido reconocido internacionalmente, consolidando su legado en la transformación social a través del diseño.
Margarete Schütte-Lihotzky: Innovación para la vida cotidiana
Margarete Schütte-Lihotzky, la primera arquitecta austríaca, ha dejado una huella imborrable en la historia del diseño y la planificación urbana con su enfoque en la eficiencia doméstica y la equidad social. Nacida en 1897 en Viena, se graduó en 1918 y revolucionó la arquitectura con la icónica cocina de Frankfurt (1927), un sistema modular innovador que optimizó el trabajo en el hogar y democratizó el acceso a viviendas funcionales.
Desde sus inicios, Schütte-Lihotzky abogó por una arquitectura con conciencia social. Trabajó junto a Adolf Loos en la Secretaría de Vivienda de Viena y más tarde con Ernst May en Frankfurt, donde sus diseños respondían a las necesidades reales de la población. Su compromiso con la equidad no se limitó al ámbito profesional: formó parte de la resistencia austríaca durante la Segunda Guerra Mundial, fue encarcelada y, tras la liberación, continuó promoviendo derechos para mujeres y familias trabajadoras.
A lo largo de su vida, recibió múltiples reconocimientos, como el Premio de Arquitectura de Viena (1980) y la Cruz de Honor de Oro de Austria (1997). Su legado sigue vigente en proyectos de vivienda inclusiva, consolidándola como una pionera que transformó el diseño arquitectónico en una herramienta de cambio social.
Rita Fernández Queimadelos: Pionera de la arquitectura en España
Rita Fernández Queimadelos, nacida en 1911 en A Cañiza, Pontevedra, fue la segunda mujer titulada en arquitectura en España. A pesar de las dificultades iniciales, como la oposición de su padre, logró estudiar arquitectura gracias al apoyo de su abuela materna. Se formó en la Escuela de Arquitectura de Madrid, graduándose en 1940 tras la interrupción causada por la Guerra Civil.
A lo largo de su carrera, trabajó tanto en el ámbito público como privado. Fue una de las primeras mujeres en ocupar cargos como arquitecta municipal y arquitecta escolar provincial. En sus inicios, trabajó en la Dirección General de Regiones Devastadas, participando en proyectos clave como la rehabilitación del Patronato de Protección a la Mujer (1944) y la reparación del Ayuntamiento de Fuenlabrada (1946). Su proyecto más destacado fue la Colonia Tercio y Terol, un conjunto de viviendas en Carabanchel.
En los años 50, se trasladó a Murcia, donde continuó su trabajo en la Junta de Construcciones Escolares y como arquitecta municipal en Mula. A finales de los 70, se retiró en Barcelona, donde falleció en 2008. Su legado perdura como un ejemplo de lucha por la inclusión de las mujeres en la arquitectura y su compromiso con la mejora de la vivienda y los espacios públicos.




De izquierda a derecha: Julia Morgan, Susana Torre, Margarete Schütte-Lihotzky y Rita Fernández Queimadelos.